RECTO ABDOMINAL

Son muchos los mitos y leyendas existentes sobre el recto abdominal. Incluso dentro de nuestro campo todavía hay mucho desconocimiento acerca del trabajo correcto de este músculo tan importante y, muchos profesionales se resisten a abandonar los ejercicios tradicionales que se han utilizado para trabajarlo durante años. 
¿Quien no conoce el crounch abdominal? o los ejercicios también llamados abdominales inferiores. ¿Qué son los abdominales inferiores? Seguramente la respuesta común será: "son los cuadros que salen en la parte más baja", pero si estamos hablando del mismo músculo ¿Como es posible que lo separemos en superiores e inferiores? ¿Como se trabajan? 

Pues bien, el recto abdominal es efectivamente tan importante o más de lo que hemos creído siempre, porque este músculo es uno de los principales músculos estabilizadores de nuestro cuerpo y además el principal protector de la columna vertebral. Por tanto un recto abdominal tonificado nos evitará muchos problemas de espalda. 

Si nos fijamos, cuando nos empujan, cuando perdemos el equilibrio, cuando vamos a caernos y no lo hacemos, cuando estamos haciendo pesas... En casi todas las situaciones de la vida cotidiana contraemos (apretamos fuerte) el músculo abdominal y por tanto lo estamos trabajando. ¡Pruébalo!
Por tanto las maneras de trabajar este músculo son innumerables y esto responde a otro gran mito de la gente que acude habitualmente a los gimnasios: "Pues yo no hago abdominales y los tengo marcados" ¿Hacía abdominales? 

En definitiva y siguiendo estudios recientes de (Vera y McGill) podemos afirmar que el tradicional crounch abdominal es incorrecto si hacemos una flexión del tronco hasta llegar a las piernas como se ha venido haciendo tradicionalmente, porque aunque en el primer tercio del ejercicio se activa la musculatura abdominal, a partir de este punto este músculo deja de trabajar y se requiere la participación de otros como el psoas iliáco y se realiza demasiada presión sobre la espalda. También podemos decir que es correcto y un muy buen ejercicio si lo realizamos tal y como se ha demostrado en los estudios, es decir con las piernas flexionadas y subiendo el tronco solamente 30º lo que suele ser que las escapulas dejen de tener contacto con el suelo. 

Lo recomendable para realizar este ejercicio con la menor presión posible sobre los discos intervetebrales y por tanto la más segura para la espalda, colocados en posición de tendido supino (boca arriba) con las piernas flexionadas, es la siguiente: 

- Estirar una de las dos piernas y mantener la otra flexionada.
- Colocar las manos debajo de la espalda para comprobar que existe la lordosis fisiológica(curvatura natural de la espalda).
- Estirar los brazos al lado del cuerpo.
- Cabeza apoyada en el suelo.
- Subir 30º el tronco, hasta que nuestras escápulas dejen de tener contacto con el suelo.



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